¿BEBEMOS AGUA DE COMETAS?
Un nuevo tipo de objetos cometarios que orbitan entre Marte y Júpiter en el cinturón de asteroides podrían haber proveído de agua a la Tierra primitiva.
Henry Hsieh y David Jewitt de la Universidad de Hawai han observado tres objetos pertenecientes al cinturón de asteroides que presentan características asociadas a los cometas.
Los cometas son “bolas de nieve sucia” sin procesar que pertenecieron a los planetesimales que por acreción formaron el sistema solar.
Al encontrarse a distancia muy grandes del sol, más allá de la órbita de Neptuno, donde las temperaturas son bajas han conservado los hielos que los componen.
Cuando se acercan a sistema solar interior, debido a sus órbitas marcadamente elípticas, desarrollan la cola de gas y polvo que los caracteriza cuando el hielo se sublima.
Por otro lado los asteroides que orbitan entre Marte y Júpiter están constituidos por rocas y poseen órbitas casi circulares.
Al ser la temperatura demasiado elevada para mantener hielo de agua, metano o amoniaco se les supone bastante secos.
Todas esas sustancias desaparecieron de estos cuerpos hace mucho tiempo.
O eso es lo que se creía hasta ahora.
Los nuevos objetos parecen compartir características de ambos objetos y en las fotos parecen mostrar que desarrollan cola.
Estos objetos fueron clasificados como asteroides simplemente por su órbita que es casi circular.
Los astrónomos ya pusieron de manifiesto estas nuevas características cometarias en alguno de esos objetos hace unos años, sugiriendo la presencia de hielo en estos cuerpos.
Ahora Hsieh y Jewitt después de tres años de trabajo de catalogación en el cinturón de asteroides han puesto de manifiesto esta naturaleza dual de algunos de estos objetos gracias al telescopio Gemini en Mauna Kea (Hawai).
Sugieren ahora la existencia de una nueva clase de cometas orbitando dentro del cinturón de asteroides.
Esto puede tener implicaciones sobre el origen del agua en la Tierra. Cuando ésta se formó era un lugar seco y caliente carente del preciado líquido.
La actividad volcánica pudo proveer de vapor de agua que luego se condensó en forma líquida, pero quizás parte de esta agua vino de fuera.
Una teoría en boga hace unos años decía que lo cometas pudieron proveer de esta sustancia a la Tierra primitiva a base de colisiones entre esos cuerpos y nuestro planeta, que en ese tiempo eran frecuentes.
Si fuese cierta esta teoría el agua de nuestros océanos y de nuestros cuerpos formó una vez parte de los cometas.
Un análisis del contenido isotópico del agua de los cometas puso de manifiesto que nuestra agua en general no podría proceder de los cometas “tradicionales”.
Gracias a este nuevo descubrimiento puede que esta teoría se revitalice, pues estos nuevos “cometas” del cinturón de asteroides pudieron dar la contribución en agua esperada.
Estos astrónomos quieren seguir con el estudio de estos nuevos cuerpos para caracterizarlos mejor, obtener espectros precisos y ver si “su agua” es también “nuestra agua”.
Una misión a este nuevo cinturón cometario podría revelar nuevas pistas sobre la formación del sistema solar y la formación de la Tierra.
Al fin y al cabo, la ciencia a veces sólo trata de responder a clásica pregunta filosófica: ¿De donde venimos?
Fuente: NEOFRONTERAS
Henry Hsieh y David Jewitt de la Universidad de Hawai han observado tres objetos pertenecientes al cinturón de asteroides que presentan características asociadas a los cometas.
Los cometas son “bolas de nieve sucia” sin procesar que pertenecieron a los planetesimales que por acreción formaron el sistema solar.
Al encontrarse a distancia muy grandes del sol, más allá de la órbita de Neptuno, donde las temperaturas son bajas han conservado los hielos que los componen.
Cuando se acercan a sistema solar interior, debido a sus órbitas marcadamente elípticas, desarrollan la cola de gas y polvo que los caracteriza cuando el hielo se sublima.
Por otro lado los asteroides que orbitan entre Marte y Júpiter están constituidos por rocas y poseen órbitas casi circulares.
Al ser la temperatura demasiado elevada para mantener hielo de agua, metano o amoniaco se les supone bastante secos.
Todas esas sustancias desaparecieron de estos cuerpos hace mucho tiempo.
O eso es lo que se creía hasta ahora.
Los nuevos objetos parecen compartir características de ambos objetos y en las fotos parecen mostrar que desarrollan cola.
Estos objetos fueron clasificados como asteroides simplemente por su órbita que es casi circular.
Los astrónomos ya pusieron de manifiesto estas nuevas características cometarias en alguno de esos objetos hace unos años, sugiriendo la presencia de hielo en estos cuerpos.
Ahora Hsieh y Jewitt después de tres años de trabajo de catalogación en el cinturón de asteroides han puesto de manifiesto esta naturaleza dual de algunos de estos objetos gracias al telescopio Gemini en Mauna Kea (Hawai).
Sugieren ahora la existencia de una nueva clase de cometas orbitando dentro del cinturón de asteroides.
Esto puede tener implicaciones sobre el origen del agua en la Tierra. Cuando ésta se formó era un lugar seco y caliente carente del preciado líquido.
La actividad volcánica pudo proveer de vapor de agua que luego se condensó en forma líquida, pero quizás parte de esta agua vino de fuera.
Una teoría en boga hace unos años decía que lo cometas pudieron proveer de esta sustancia a la Tierra primitiva a base de colisiones entre esos cuerpos y nuestro planeta, que en ese tiempo eran frecuentes.
Si fuese cierta esta teoría el agua de nuestros océanos y de nuestros cuerpos formó una vez parte de los cometas.
Un análisis del contenido isotópico del agua de los cometas puso de manifiesto que nuestra agua en general no podría proceder de los cometas “tradicionales”.
Gracias a este nuevo descubrimiento puede que esta teoría se revitalice, pues estos nuevos “cometas” del cinturón de asteroides pudieron dar la contribución en agua esperada.
Estos astrónomos quieren seguir con el estudio de estos nuevos cuerpos para caracterizarlos mejor, obtener espectros precisos y ver si “su agua” es también “nuestra agua”.
Una misión a este nuevo cinturón cometario podría revelar nuevas pistas sobre la formación del sistema solar y la formación de la Tierra.
Al fin y al cabo, la ciencia a veces sólo trata de responder a clásica pregunta filosófica: ¿De donde venimos?
Fuente: NEOFRONTERAS
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