EL EJERCICIO DE LA MADRE INFLUYE EN EL FETO
En un experimento realizado en ratones se ha comprobado que si la madre realiza ejercicio físico mientras que está preñada los fetos generan más neuronas.
De hecho ya se conocía el hecho de que el ejercicio en animales adultos aumenta la producción de nuevas neuronas en la región del hipocampo, región relacionada con el aprendizaje y la memoria.
Pero ahora parece ser que el efecto pasaría a la descendencia.
El equipo de investigadores del centro de medicina molecular Max Delbruck en Berlín y dirigido por Gerd Kempermann puso a disposición de ratones hembra preñadas una rueda de ejercicio y éstas espontáneamente recorrían cada noche dos o tres kilómetros a pesar de que esto recortaba un poco el progreso su embarazo.
Para poder determinar el crecimiento de neuronas en los fetos los investigadores suministraron un marcador en forma de tinción mediante una inyección.
El ejerció de la madre durante la etapa fetal alteraba el desarrollo de nuevas neuronas en los fetos.
A los tres cuartos del desarrollo fetal los fetos de madres que no tenían la posibilidad de usar una rueda de ejercicio tenían un 20% más de neuronas que los primeros.
Pero al cabo de cinco semanas de desarrollo la situación se invertía y los ratones hijos de madres “deportistas” tenían un 40% más de neuronas en el hipocampo.
Al cabo de siete semanas la situación entre los dos grupos se igualó, pero según los investigadores ese temprano 40% de más podría tener un efecto a largo plazo.
El estudio fue publicado en PNAS y sugiere la idea de que las mujeres embarazadas que regularmente hacen ejercicio podrían estar promoviendo el crecimiento neuronal de sus fetos.
Los investigadores recuerdan que según otro estudio, esta vez estadístico y en seres humanos, sugería que los niños de cinco años hijos de madres que hacen ejercicio puntúan mejor en los tests de inteligencia.
Sin embargo, hay que ser cautos a la hora de considerar esta posibilidad. De hecho, los expertos no saben si las neuronas adicionales del hipocampo son o no buenas para el cerebro, aunque según algunos estudios son importantes para el aprendizaje.
Los investigadores además desconocen cómo el ejercio de la madre puede influir en el desarrollo del cerebro de los fetos.
Una posibilidad es que la caída de neuronas en la etapa temprana se produzca para compensar la ulterior sobreproducción de las mismas más tarde.
Otra posibilidad es que el ejercicio aumente la producción de proteínas que actúan como factores de crecimiento en la madre y que éstas crucen la placenta y afecten a los fetos.
Puede incluso que todo sea mucho más simple y que el ejercicio de la madre hace que esta esté más sana, promoviendo un buen desarrollo en su descendencia.
El efecto opuesto también ha sido observado cuando madres estresadas, tanto en ratones como en primates, disminuyen la producción de neuronas en el hipocampo en su descendencia.
El ejercicio además dispara la generación de hormonas del estrés por lo que no está claro dónde está la diferencia entre un caso y otro.
Quizás, como casi todo en la vida, el punto intermedio sea probablemente el ideal.
Un poco de ejercicio es bueno y mucho es demasiado y contraproducente.
En todo caso si este resultado se confirma la inteligencia, al menos la de los niños, no estaría determinada estrictamente por los genes y que no sólo la estimulación en su etapa infantil es importante, sino que incluso lo que pasa durante su etapa fetal también puede influir.
Este resultado podría sugerir además que quizás también una estimulación mental durante la etapa de embarazo puede influir al feto. Animales adultos colocados en jaulas con juguetes producen más neuronas que aquellos con jaulas vacías.
Quizás este efecto pase también de madres a hijos.
Fuente: Bick-Sander A., et al. Proc. Natl Acad. Sci. USA, 103 . 3852 - 3857 (2006)
De hecho ya se conocía el hecho de que el ejercicio en animales adultos aumenta la producción de nuevas neuronas en la región del hipocampo, región relacionada con el aprendizaje y la memoria.
Pero ahora parece ser que el efecto pasaría a la descendencia.
El equipo de investigadores del centro de medicina molecular Max Delbruck en Berlín y dirigido por Gerd Kempermann puso a disposición de ratones hembra preñadas una rueda de ejercicio y éstas espontáneamente recorrían cada noche dos o tres kilómetros a pesar de que esto recortaba un poco el progreso su embarazo.
Para poder determinar el crecimiento de neuronas en los fetos los investigadores suministraron un marcador en forma de tinción mediante una inyección.
El ejerció de la madre durante la etapa fetal alteraba el desarrollo de nuevas neuronas en los fetos.
A los tres cuartos del desarrollo fetal los fetos de madres que no tenían la posibilidad de usar una rueda de ejercicio tenían un 20% más de neuronas que los primeros.
Pero al cabo de cinco semanas de desarrollo la situación se invertía y los ratones hijos de madres “deportistas” tenían un 40% más de neuronas en el hipocampo.
Al cabo de siete semanas la situación entre los dos grupos se igualó, pero según los investigadores ese temprano 40% de más podría tener un efecto a largo plazo.
El estudio fue publicado en PNAS y sugiere la idea de que las mujeres embarazadas que regularmente hacen ejercicio podrían estar promoviendo el crecimiento neuronal de sus fetos.
Los investigadores recuerdan que según otro estudio, esta vez estadístico y en seres humanos, sugería que los niños de cinco años hijos de madres que hacen ejercicio puntúan mejor en los tests de inteligencia.
Sin embargo, hay que ser cautos a la hora de considerar esta posibilidad. De hecho, los expertos no saben si las neuronas adicionales del hipocampo son o no buenas para el cerebro, aunque según algunos estudios son importantes para el aprendizaje.
Los investigadores además desconocen cómo el ejercio de la madre puede influir en el desarrollo del cerebro de los fetos.
Una posibilidad es que la caída de neuronas en la etapa temprana se produzca para compensar la ulterior sobreproducción de las mismas más tarde.
Otra posibilidad es que el ejercicio aumente la producción de proteínas que actúan como factores de crecimiento en la madre y que éstas crucen la placenta y afecten a los fetos.
Puede incluso que todo sea mucho más simple y que el ejercicio de la madre hace que esta esté más sana, promoviendo un buen desarrollo en su descendencia.
El efecto opuesto también ha sido observado cuando madres estresadas, tanto en ratones como en primates, disminuyen la producción de neuronas en el hipocampo en su descendencia.
El ejercicio además dispara la generación de hormonas del estrés por lo que no está claro dónde está la diferencia entre un caso y otro.
Quizás, como casi todo en la vida, el punto intermedio sea probablemente el ideal.
Un poco de ejercicio es bueno y mucho es demasiado y contraproducente.
En todo caso si este resultado se confirma la inteligencia, al menos la de los niños, no estaría determinada estrictamente por los genes y que no sólo la estimulación en su etapa infantil es importante, sino que incluso lo que pasa durante su etapa fetal también puede influir.
Este resultado podría sugerir además que quizás también una estimulación mental durante la etapa de embarazo puede influir al feto. Animales adultos colocados en jaulas con juguetes producen más neuronas que aquellos con jaulas vacías.
Quizás este efecto pase también de madres a hijos.
Fuente: Bick-Sander A., et al. Proc. Natl Acad. Sci. USA, 103 . 3852 - 3857 (2006)
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