LA INMUNIDAD AL CÁNCER TRANSFERIBLE EN RATONES
En 1999 unos científicos descubrieron un ratón mutante capaz de tener resistencia contra cánceres agresivos.
Una vez que se cruzó con una hembra se pudo comprobar que esta resistencia pasó al 40% de su descendencia.
No importa cómo los investigadores desafíen al sistema inmunitario de estos ratones con inyecciones de células cancerosas a niveles millones de veces superiores a los que matarían a cualquier otra clase de ratón que éstos consiguen evitar desarrollar cáncer.
Ahora Zheng Cui de Wake Forest University y su equipo han descubierto que ratones normales inyectados con células sanguíneas de ratones resistentes al cáncer desarrollan a su vez dicha resistencia.
Al parecer los glóbulos blancos sin más son los causantes de esta resistencia.
Los investigadores especulan con la posibilidad de usar estas células en tratamientos de cáncer avanzado.
Estos investigadores sometieron a diversas clases de glóbulos blancos de estos ratones a una batería de tests para poder determinar cómo funciona el mecanismo.
Contrariamente a lo que creyeron en un principio, el tipo de células implicadas en el proceso son las células básicas del sistema inmunitario que se encargan de la limpieza, es decir, macrófagos y neutrófilos en lugar de las células T que se suponen son las primeras expuestas a los patógenos para saber así cómo atacar.
Éstos macrófagos y neutrófilos son las células que normalmente combaten las bacterias, y si están implicadas en este proceso anticancerígenos entonces podemos suponer que este proceso es una respuesta innata del sistema inmunitario.
Se especula con la posible existencia de otros linajes de ratones también resistentes al cáncer, aunque de momento sólo se conoce este.
Los investigadores fueron capaces de eliminar el cáncer tanto en vitro como in vivo mediante la inyección de una solución purificada de este tipo de células.
En los casos de ratones con tumores avanzados, éstos remitieron después de la inyección aunque el tumor lo tuvieran en la espalda y la inyección se realizara en el abdomen, por lo que el efecto es global.
Además, estas inyecciones parecen no tener efectos secundarios indeseados sobre los ratones.
Con esta técnica se ha conseguido incluso eliminar ciertos tipos de cáncer en ratones que nunca antes fueron capaces de derrotar con cualquier otra técnica.
Una sola inyección de esta disolución dotaba a los ratones tratados de una inmunidad prolongada en el tiempo.
Por ejemplo, ratones con una regresión completa del cáncer han permanecido sanos y sin tumores hasta ahora, 10 meses después del tratamiento y cuando los resultados han sido publicados en Proceedings of the National Academies of Science (PNAS). La revista mantiene hasta el momento libre acceso al artículo en cuestión.
Debido al patrón de herencia se cree que quizás la mutación es causada por un solo gen dominante.
Pero se necesita más investigación que determine el origen genético de esta resistencia, que de momento ha sido difícil de dilucidar porque parece residir en un cromosoma distinto dependiendo del ratón en cuestión.
Además se necesita identificar el camino molecular relacionado en el proceso y replicar los resultados en el laboratorio.
Si los descubrimientos se entienden lo suficientemente bien quizás inspiren a los investigadores a encontrar un tratamiento similar para humanos en el futuro.
De hecho, algunas personas son más resistentes que otras a estas enfermedades.
En algunas terapias contra el cáncer en humanos se usa interleukina-2 para acelerar el sistema inmunitario, pero desafortunadamente tiene efectos secundarios tóxicos para el paciente.
Si el mecanismo descubierto fuera sencillo, como de hecho se cree que es al ser sólo un gen el implicado, se podría activar en las personas enfermas de cáncer este mismo mecanismo mediante un interruptor molecular y su sistema inmunitario se encargaría del resto.
Pero queda mucho trabajo por hacer.
Fuente: NEOFRONTERAS
Una vez que se cruzó con una hembra se pudo comprobar que esta resistencia pasó al 40% de su descendencia.
No importa cómo los investigadores desafíen al sistema inmunitario de estos ratones con inyecciones de células cancerosas a niveles millones de veces superiores a los que matarían a cualquier otra clase de ratón que éstos consiguen evitar desarrollar cáncer.
Ahora Zheng Cui de Wake Forest University y su equipo han descubierto que ratones normales inyectados con células sanguíneas de ratones resistentes al cáncer desarrollan a su vez dicha resistencia.
Al parecer los glóbulos blancos sin más son los causantes de esta resistencia.
Los investigadores especulan con la posibilidad de usar estas células en tratamientos de cáncer avanzado.
Estos investigadores sometieron a diversas clases de glóbulos blancos de estos ratones a una batería de tests para poder determinar cómo funciona el mecanismo.
Contrariamente a lo que creyeron en un principio, el tipo de células implicadas en el proceso son las células básicas del sistema inmunitario que se encargan de la limpieza, es decir, macrófagos y neutrófilos en lugar de las células T que se suponen son las primeras expuestas a los patógenos para saber así cómo atacar.
Éstos macrófagos y neutrófilos son las células que normalmente combaten las bacterias, y si están implicadas en este proceso anticancerígenos entonces podemos suponer que este proceso es una respuesta innata del sistema inmunitario.
Se especula con la posible existencia de otros linajes de ratones también resistentes al cáncer, aunque de momento sólo se conoce este.
Los investigadores fueron capaces de eliminar el cáncer tanto en vitro como in vivo mediante la inyección de una solución purificada de este tipo de células.
En los casos de ratones con tumores avanzados, éstos remitieron después de la inyección aunque el tumor lo tuvieran en la espalda y la inyección se realizara en el abdomen, por lo que el efecto es global.
Además, estas inyecciones parecen no tener efectos secundarios indeseados sobre los ratones.
Con esta técnica se ha conseguido incluso eliminar ciertos tipos de cáncer en ratones que nunca antes fueron capaces de derrotar con cualquier otra técnica.
Una sola inyección de esta disolución dotaba a los ratones tratados de una inmunidad prolongada en el tiempo.
Por ejemplo, ratones con una regresión completa del cáncer han permanecido sanos y sin tumores hasta ahora, 10 meses después del tratamiento y cuando los resultados han sido publicados en Proceedings of the National Academies of Science (PNAS). La revista mantiene hasta el momento libre acceso al artículo en cuestión.
Debido al patrón de herencia se cree que quizás la mutación es causada por un solo gen dominante.
Pero se necesita más investigación que determine el origen genético de esta resistencia, que de momento ha sido difícil de dilucidar porque parece residir en un cromosoma distinto dependiendo del ratón en cuestión.
Además se necesita identificar el camino molecular relacionado en el proceso y replicar los resultados en el laboratorio.
Si los descubrimientos se entienden lo suficientemente bien quizás inspiren a los investigadores a encontrar un tratamiento similar para humanos en el futuro.
De hecho, algunas personas son más resistentes que otras a estas enfermedades.
En algunas terapias contra el cáncer en humanos se usa interleukina-2 para acelerar el sistema inmunitario, pero desafortunadamente tiene efectos secundarios tóxicos para el paciente.
Si el mecanismo descubierto fuera sencillo, como de hecho se cree que es al ser sólo un gen el implicado, se podría activar en las personas enfermas de cáncer este mismo mecanismo mediante un interruptor molecular y su sistema inmunitario se encargaría del resto.
Pero queda mucho trabajo por hacer.
Fuente: NEOFRONTERAS
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