04 abril 2006

¿SEMBRÓ LA TIERRA VIDA EN EL SISTEMA SOLAR? LA TEORÍA DE LA PANSPERMIA A LA INVERSA

En una imaginativa teoría de panspermia a la inversa un grupo de científicos afirma que los impactos de meteoritos sobre nuestro planeta pueden haber repartido la vida, en forma microbiana, por nuestro sistema solar.
En la teoría tradicional de la panspermia se sugiere que la vida llegó a la Tierra procedente del espacio exterior cuando cuerpos de diverso tipo como cometas o meteoritos cayeron sobre la Tierra depositando microorganismos que luego evolucionaron en el tiempo hasta alcanzar formas de vida más complejas como las que conocemos ahora.
Ahora Jeff Moore de la NASA y Brett Gladman afirman que si un planeta porta vida automáticamente se debe de expandir por todo el sistema solar.
Se sabe de meteoritos que proceden de la Luna o de Marte y que llegaron hasta aquí porque un impacto fuerte por parte de algún asteroide sobre estos cuerpos eyectó material de la superficie de esos cuerpos hacía el espacio exterior.
Eventualmente algunos de esos fragmentos eyectados cayeron sobre la Tierra en forma de meteoritos.
Pero obviamente el proceso también se puede dar a la inversa si el impacto es muy fuerte y aunque la fuerza de gravedad de la Tierra sea más intensa.
El límite lo impone la velocidad de escape de un cuerpo, que en el caso de la Tierra es de poco más de 11Km/s.
Todo objeto que quiera abandonar este planeta tiene que adquirir esa velocidad como mínimo, y por eso es tan dificl alcanzar la Luna (recordemos el Saturno V) y tan fácil salir de nuestro satélite (recodemos el módulo lunar Apolo).
Por esta razón un hipotético impacto sobre la Tierra tiene que ser muy fuerte como para eyectar material a más de 11 Km/s.
Para saber cuántas de estas rocas de origen terrestre han vagado por el sistema solar este equipo de científicos ha realizado una simulación computacional.
De este modo se puede seguir el curso de rocas por el sistema solar cuando un impacto importante, como aquel que destruyó los dinosaurios hace 65 millones de años, sucede sobre la superficie terrestre y las proyecta hacia el espacio exterior.
Según los cálculos, meteoritos a partir de 10 Km de diámetro (como el de los dinosaurios) pueden eyectar rocas fuera de la Tiera de hasta unos 3 metros de tamaño.
Se cree que unos 10 impactos de este tipo pueden haber sucedido sobre nuestro planeta a lo largo de su historia.
Después, con esta herramienta computacional, se puede calcular la posibilidad de que estas rocas cargadas con microorganismos terrestres hayan alcanzado lugares del sistema solar propicios para su supervivencia como la luna Europa de Júpiter o la luna Titán de Saturno.
Estos investigadores creían que la respuesta iba a ser que la probabilidad es muy baja, pero los resultados dicen lo contrario.
En cinco millones de años 100 objetos procedentes de la Tierra pueden haber caido en Europa y unos 30 en Titán.
De Marte parecen no decir nada por ahora.
Los resultados han sido presentados en un congreso en Texas el 16 de marzo pasado.
La cuestión está en si las bacterias pueden sobrevivir al impacto sobre la Tierra y al posterior viaje interplanetario.
En ese mismo congreso Wayne Nicholson presentó los resultados de las pruebas experimentales que ha realizado sobre la supervivencia de bacterias a impactos de este tipo.
Usó para ello un cañón especial del Ames Research Center de la NASA. Lanzó proyectiles a 5 Km/s sobre un plato con esporas de bacterias en agua para simular uno de estos eventos.
Los fragmentos resultantes fueron recogidos por una espuma especial y se comprobó que 10.000 bacterias sobrevivieron al semejante choque.
Además muchos microbiólogos creen que las bacterias pueden sobrevivir durante mucho tiempo en el vació del espacio exterior y a su radiación.
De hecho recientemente se comprobó que un liquen pudo resistir radiación del espacio exterior.
También se vio que ciertas bacterias sobrevivieron a la reentrada del trasbordador Columbia cuando se destruyó aquel fatídico día.
Lo malo es que un posible “aterrizaje” sobre Europa u otros cuerpos sin atmósfera esterilizaría la roca, pues el impacto sobre la superficie sería a 25 o 40 Km/s.
Sin embargo, Titán al tener atmósfera proveería de un final de viaje más suave.
El impacto sobre la superficie derretiría además un poco de hielo que mantendría la vida durante un tiempo.
Pero la supervivencia posterior a 170 grados centígrados bajo cero sería difícil sin una fuente de calor de tipo volcánico o similar.
En todo caso parece que sí es posible encontrar algo allí fuera, pero quizás viene de aquí.
Fuente: NEOFRONTERAS