12 abril 2006

LOS ELEFANTES DISTINGUEN ENTRE EL HOMBRE QUE LES AGREDE Y EL QUE NO

Oído de elefante.
Joyce Poole sin duda lo tiene: si hay alguien en el mundo capaz de entender los códigos que utilizan los paquidermos para comunicarse, es esta bióloga que lleva estudiando su lenguaje desde que llegó a la sabana keniana hace más de 30 años.
Americana nacida en Francfort (1956) y con residencia buena parte del año en Noruega, la verdadera patria de Joyce Poole está junto a los paquidermos del Parque Nacional de Amboseli, en el sur de Kenia, donde ejerce como directora de investigación.
Desde allí ha desvelado buena parte de las claves de su sistema de comunicación y ha jugado un papel fundamental en los cambios legislativos que, en 1989, llevaron a los elefantes a la lista de las especies protegidas.

P. ¿Son inteligentes?

R. Mucho más de lo que hasta ahora habíamos creído.

P. ¿Hablan los elefantes entre ellos?

R. En efecto. Se comunican, y lo hacen en parte por debajo del nivel del oído humano mediante infrasonidos. Utilizan un repertorio increíblemente amplio: gritos, lloros, trompeteos, bufidos... Pero el grupo más importante de todos es el "retumbo", un sonido de baja frecuencia del cual he podido identificar 60 o 70 tipos distintos en función de su intensidad. Es un sistema de comunicación realmente complejo.

P. ¿Y qué se dicen con estos retumbos?

R. Algunos les sirven para indicar al resto de la manada que quieren comenzar un desplazamiento; otros, para intimidar a los predadores, para pedir ayuda a la familia... Grabo todos estos retumbos y si los escucho en el laboratorio, lejos de la sabana, apenas existe una diferencia sónica entre ellos, meros matices. En cambio, observándolos a campo abierto te das cuenta de que son capaces de detectar dichos cambios y entender los diferentes mensajes que se transmiten con ellos.

P. Hay retumbos para ahuyentar a los predadores... ¿Entre ellos se incluye el hombre?

R. Para los elefantes su primer depredador son los masáis, que tradicionalmente los han cazado. Temen a los masáis y son capaces de detectar su presencia, oliéndolos desde dos kilómetros si el viento les es favorable. Son capaces de distinguir entre los hombres que les agreden y los que no lo hacen.

P. ¿Ha mejorado la situación de los elefantes ahora que son animales protegidos con la máxima categoría de preservación?

R. Sí, en Kenia, por ejemplo, la población está creciendo ligeramente. La presión sobre ellos dependerá en parte de cómo evolucione la demanda de marfil, a la que se ha unido China. Habrá elefantes en el mundo dentro de 50 o 100 años. Temo más por su bienestar que por su desaparición.
Fuente: EL PAIS