01 febrero 2006

UTILIZAN PLANTAS DE TABACO PARA PRODUCIR VACUNAS

El virus del mosaico del tabaco produce una enfermedad en esta planta conocida desde hace mucho tiempo.
Ahora unos investigadores han modificado este virus y lo han utilizado para producir

Derecha: Modelo del virus del mosaico del tabaco

proteínas inmunizantes para vacunas.
Aunque lamentablemente el virus del
mosaico (VMT) no exterminó ni extinguió esta planta que mata a millones de personas en todo el mundo al ser fumada puede que a partir de ahora, y mediante su simple cultivo, salve alguna vida gracias la producción de vacunas contra la peste bubónica.
Charles Arntzen y colaboradores de Arizona State University usaron un proceso desarrollado en Alemania para realizar este logro.
Primero modificaron genéticamente los virus y luego los inyectaron en plantas de tabaco.
La idea es producir unos antígenos consistentes en tres proteínas: la F1, la V y una combinación de las dos procedentes, de la bacteria que causa la peste bubónica.
Los virus infectaron rápidamente las plantas y se multiplicaron pero, en lugar de matar a la planta los virus se dedicaron (realmente las células de las plantas) a fabricar masivamente los antígenos asignados a cada uno.
Digamos que los virus transformaban a las plantas de tabaco en factorías productoras de antígenos, y sus hojas se cargan de proteínas susceptibles de ser usadas como vacuna frente a una infección por peste bubónica.
En sólo 10 días las plantas producían la cantidad suficiente de antígenos. Entonces este grupo de investigadores sólo tuvo que moler las hojas para obtener los antígenos esperados.
Concretamente obtuvieron 2 miligramos de antígenos por cada gramo de hojas.
Purificando estos antígenos obtuvieron la vacuna deseada.
Se cree que la peste bubónica fue la responsable de la peste negra durante la Edad Media, y ha sido un objetivo a lacanzar de los que planean armas bacteriológicas.
Debido a esto ciertas autoridades militares están preocupadas por su posible uso como tal por parte de grupos terroristas, y poseer una vacuna significaría una ventaja frente a este tipo de ataque.
Una vez que Arntzen obtuvo las vacunas, empleados del U.S Army Medical Research Institute of Infectious Disease en Maryland inocularon varios grupos de hembras de conejos de indias con las diversas variedades y después los expusieron a la bacteria causante de la peste bubónica (Yersinia pestis) en la más infecciosa de sus formas.
El grupo de control, cuyos individuos no fueron vacunados, murió en su totalidad. Mientras que el 60% de los vacunados sobrevivió.
El antígeno V fue el que mostró mayor protección con un 75% de supervivientes.
Todavía no se han realizados ensayos en humanos, pero si la vacuna pasa todas las pruebas y es finalmente efectiva se podría aplicar la misma idea a otras bacterias que se han hecho resistentes a los antibióticos en los últimos tiempos.
Fuente: Proceedings of the National Academy of Sciences.