28 enero 2006

EXPLOSIÓN EN LA LUNA

Científicos de la NASA han observado una explosión en la Luna.
La explosión, equivalente en energía a 70 kg de TNT, ocurrió cerca del borde de Mare Imbrium (el Mar de las Lluvias) el 7 de noviembre de 2005, cuando un meteorito de 12 centímetros de ancho golpeó contra el suelo viajando a 27 km/s.
"Fue una sorpresa", dice Rob Suggs, investigador del Centro Marshall de Vuelos Espaciales (MSFC), quien captó el resplandor del impacto. http://ciencia.nasa.gov/
Él y su colega Wes Swift estaban probando un nuevo telescopio y una cámara de vídeo que habían montado para vigilar impactos de meteoritos en la luna.
En nuestra primera noche, "capturamos uno", dice Suggs



Derecha: El punto rojo señala la localización del impacto de meteroide del 7 nov. 2005.


El objeto que golpeó la luna fue "probablemente una Táurida", dice Bill Cooke experto en meteoritos del MSFC.
En otras palabras, era parte de la misma lluvia de meteoritos que salpicó la Tierra con estrellas fugaces a finales de octubre y principios de noviembre de 2005.
La Luna también fue salpicada, pero a diferencia de la Tierra, no tiene atmósfera que intercepte los meteoritos y los convierta en inofensivos trazos de luz.
En la Luna, los meteoritos golpean el suelo —y explotan.
El resplandor que vimos", dice Suggs, "fue tan brillante como una estrella de 7ª magnitud".
Esto es dos veces y media menos intenso que la estrella más tenue que una persona puede apreciar a simple vista, pero era una captura sencilla para el telescopio de 10 pulgadas (25 cm.) del grupo.
Cooke estima que el impacto excavó un cráter en la superficie lunar "de unos 3 metros de ancho y 0,4 metros de profundidad".
Para lo que suelen ser los cráteres lunares, resulta pequeño.
"Ni siquiera el Telescopio Espacial Hubble podría verlo", destaca Cooke.
La Luna está a 384.400 km de nosotros.
A esa distancia, el objeto más pequeño que el Hubble puede distinguir es de unos 60 metros de ancho.
Esta no es la primera vez que se han visto meteoritos golpeando la Luna.
Durante la tormenta de meteoritos Leónidas de 1999 y 2001, astrónomos aficionados y profesionales observaron al menos media docena de resplandores con magnitudes entre la 7ª y la 3ª.
Muchas de las explosiones fueron fotografiadas simultáneamente por observadores separados por grandes distancias.
Desde las Leónidas de 2001, los astrónomos no han gastado mucho tiempo cazando meteoritos lunares.
"Está fuera de moda", dice Suggs.
Pero con los planes de la NASA para volver a la luna en 2018, dice, es hora de empezar a buscar de nuevo.
Hay muchas preguntas que esperan su respuesta: "¿Cuán a menudo impactan contra la Luna meteoritos grandes? ¿Sólo sucede durante las lluvias de meteoritos como las Leónidas y Táuridas? ¿O podemos esperar impactos durante todo el año de meteoritos esporádicos?" pregunta Suggs.
Los exploradores lunares necesitarán saberlo.
"La probabilidad de que un astronauta sea herido directamente por un gran meteorito es minúscula", dice Cooke.
Sin embargo, continúa, las probabilidades no son bien conocidas "porque no hemos efectuado suficientes observaciones a fin de conseguir los datos necesarios para calcularlas".
Por lo tanto, mientras que el peligro de un impacto directo es casi nulo para un astronauta individual, puede tal vez llegar a ser apreciable para un puesto lunar avanzado.
Nos preocupa aún más, cree Suggs, el salpique —"los meteoritos secundarios producidos por la explosión".
Nadie sabe cuán lejos llega el salpique ni exactamente cómo tiene lugar.
Además, los impactos que sacuden la superficie pueden lanzar polvo lunar, posiblemente en una amplia extensión.
El polvo lunar está cargado eléctricamente y es notoriamente pegajoso.
Incluso una pequeña cantidad de polvo lunar puede llegar a ser una molestia: se introduce en las uniones y sellos del traje espacial, se deposita en la superficie de los instrumentos, e incluso hace oler el aire cuando los caminantes lunares lo arrastran al interior.
¿Podrían los impactos de meteoritos convertirse en una fuente de "tormentas de polvo" lunares? Otra pregunta para el futuro.
Suggs y su equipo planean hacer más observaciones.
"Estamos contemplando un programa a largo plazo de exploración activa no sólo durante las principales lluvias de meteoritos, sino también en los periodos intermedios.
Necesitamos desarrollar software para detectar automáticamente esos relámpagos", continúa. "Mirar fijamente hasta 4 horas de cinta para buscar un relámpago de un segundo puede ser aburrido; esa es tarea para un computador".
Con algunas mejoras, su sistema puede capturar montones de meteoritos lunares.
Dice Suggs, "estoy preparado para más sorpresas".
Fuente: NASA Ciencia