LA GENEALOGIA DE LOS REPTILES ESCAMOSOS REESCRITA GRACIAS A UNA NUEVA INVESTIGACIÓN
El análisis más amplio realizado hasta ahora sobre las relaciones genéticas entre todos los grupos principales de serpientes, lagartos y otros reptiles escamosos, ha producido una reorganización radical del árbol genealógico de estos animales, requiriendo nuevos nombres para muchas de las nuevas ramas del árbol.
La investigación fue realizada por Bryan G. Fry, de la Universidad de Melbourne en Australia, S. Blair Hedges (profesor de biología en la Universidad Estatal de Pensilvania), y Nicolas Vidal (que en el momento de la investigación era becario posdoctoral en el grupo de investigación de Hedges, siendo ahora conservador en el Museo Nacional de París). Con ellos colaboraron además otros investigadores.
Vidal y Hedges recolectaron y analizaron el mayor conjunto de datos genéticos obtenido hasta la fecha sobre reptiles con escamas.
El árbol genealógico resultante ha mostrado varias relaciones sorprendentes.
Por ejemplo, las evidencias genético-moleculares revelan que los lagartos Iguanidae, de aspecto primitivo, son en realidad parientes cercanos de dos de los linajes más avanzados, de las serpientes por una parte, y de los varanos y sus parientes por la otra.
Los investigadores dieron el nuevo nombre de "Toxicofera" a este grupo, debido a otro descubrimiento: el de que algunas especies de lagartos supuestamente inofensivas, producen veneno.
La diversificación de un grupo tan grande de animales, que incluye 8.000 especies vivientes, en diversos nichos ecológicos, es un gran modelo de la evolución biológica en la Tierra.
Los científicos pensaban que el veneno había evolucionado en época relativamente reciente, pero este estudio muestra su desarrollo temprano en la historia de estas especies, hace aproximadamente 200 millones de años, justamente cuando comenzaban los dinosaurios.
Esta investigación también podría ayudar a los científicos a encontrar fósiles de más especies, porque revela nueva información sobre la edad de las formaciones geológicas en que pueden encontrarse esos fósiles.
En un contexto más amplio, este trabajo es parte de una investigación de astrobiología que busca entender los mecanismos generales de la evolución, que podrían aplicarse a otros mundos.
Para aumentar la fiabilidad de sus resultados, Vidal y Hedges incluyeron el doble de la cantidad de información genética usada anteriormente en los estudios de estas especies.
Las versiones actuales de los libros de texto sobre el árbol genealógico de los reptiles sitúan a los lagartos Iguanidae, que constituyen un grupo de 1.440 especies de aspecto primitivo, en la base del árbol, pero las iguanas y sus parientes están ahora cercanas a la cima de este nuevo árbol, en el nuevo grupo Toxicofera.
Si, como parece, este nuevo árbol genealógico es correcto, todos los caracteres morfológicos que tradicionalmente se han usado para identificar las similitudes entre las especies necesitarán ser reevaluados para entender cómo evolucionaron estos rasgos.
La investigación fue realizada por Bryan G. Fry, de la Universidad de Melbourne en Australia, S. Blair Hedges (profesor de biología en la Universidad Estatal de Pensilvania), y Nicolas Vidal (que en el momento de la investigación era becario posdoctoral en el grupo de investigación de Hedges, siendo ahora conservador en el Museo Nacional de París). Con ellos colaboraron además otros investigadores.
Vidal y Hedges recolectaron y analizaron el mayor conjunto de datos genéticos obtenido hasta la fecha sobre reptiles con escamas.
El árbol genealógico resultante ha mostrado varias relaciones sorprendentes.
Por ejemplo, las evidencias genético-moleculares revelan que los lagartos Iguanidae, de aspecto primitivo, son en realidad parientes cercanos de dos de los linajes más avanzados, de las serpientes por una parte, y de los varanos y sus parientes por la otra.
Los investigadores dieron el nuevo nombre de "Toxicofera" a este grupo, debido a otro descubrimiento: el de que algunas especies de lagartos supuestamente inofensivas, producen veneno.
La diversificación de un grupo tan grande de animales, que incluye 8.000 especies vivientes, en diversos nichos ecológicos, es un gran modelo de la evolución biológica en la Tierra.
Los científicos pensaban que el veneno había evolucionado en época relativamente reciente, pero este estudio muestra su desarrollo temprano en la historia de estas especies, hace aproximadamente 200 millones de años, justamente cuando comenzaban los dinosaurios.
Esta investigación también podría ayudar a los científicos a encontrar fósiles de más especies, porque revela nueva información sobre la edad de las formaciones geológicas en que pueden encontrarse esos fósiles.
En un contexto más amplio, este trabajo es parte de una investigación de astrobiología que busca entender los mecanismos generales de la evolución, que podrían aplicarse a otros mundos.
Para aumentar la fiabilidad de sus resultados, Vidal y Hedges incluyeron el doble de la cantidad de información genética usada anteriormente en los estudios de estas especies.
Las versiones actuales de los libros de texto sobre el árbol genealógico de los reptiles sitúan a los lagartos Iguanidae, que constituyen un grupo de 1.440 especies de aspecto primitivo, en la base del árbol, pero las iguanas y sus parientes están ahora cercanas a la cima de este nuevo árbol, en el nuevo grupo Toxicofera.
Si, como parece, este nuevo árbol genealógico es correcto, todos los caracteres morfológicos que tradicionalmente se han usado para identificar las similitudes entre las especies necesitarán ser reevaluados para entender cómo evolucionaron estos rasgos.
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