19 noviembre 2005

UNA CURIOSA LISTA DE PARTES DEL CUERPO

Imagine la siguiente escena: un astronauta, en la Luna, inclinado sobre una roca, martillo en mano, investigando. De repente, sobre su hombro, un destello de luz procedente del Sol.
La radio crepita: "Explorador 1, adelante. Aquí control de misión".
Explorador 1: "¿Qué ocurre?"
Control de misión: "Ha tenido lugar una erupción solar; una grande. Debe ponerse a cubierto. La tormenta de radiación podría comenzar en sólo 10 minutos".
Explorador 1: "Entendido. Me dirijo inmediatamente hacia el vehículo lunar. ¿Alguna sugerencia?"
Control de misión: "Sí. Asegúrese de proteger sus caderas".
¿Protegerse las caderas?
Así es. Protegerse las caderas puede ser clave para sobrevivir a una tormenta solar. Otras áreas sensibles son los hombros, la columna vertebral, los muslos, el esternón y el cráneo.
¿Y por qué una lista de partes del cuerpo tan extraña? Los huesos de estas zonas contienen médula ósea, la "fábrica de sangre" de nuestro cuerpo. Las delicadas células que forman la médula ósea son especialmente vulnerables a las tormentas solares; una dosis elevada de protones solares fluyendo a través del cuerpo podría destruirlas. Y sin células medulares que generen una corriente continua de nuevas células sanguíneas, una persona podría quedarse sin sangre en el plazo de una semana. Sería necesario realizar un trasplante de médula ósea, pero en la Luna es imposible.
Así que para sobrevivir a una tormenta de radiación solar, la prioridad principal debe ser proteger nuestra médula ósea.
Puesto que la NASA pretende enviar de nuevo seres humanos a la Luna hacia 2018, la cuestión de la supervivencia a las tormentas de radiación solar cobra más importancia que nunca. Fuera de la protección del campo magnético de la Tierra y prácticamente sin atmósfera sobre su cabeza, un astronauta paseando por la superficie lunar estaría totalmente expuesto a lo peor de una tormenta solar.
La mejor solución es ponerse a cubierto, regresar a un refugio antirradiación. Pero si el refugio está demasiado lejos para llegar a tiempo, utilizar un traje espacial con protecciones antirradiación reforzadas en las zonas ricas en médula ósea —hombros, caderas, espina dorsal, etc.— podría significar la diferencia entre la vida y la muerte.
"Llenar todo el traje espacial con más revestimientos protectores podría hacerlo poco práctico", según Frank Cucinotta, Jefe Científico de la NASA en el Centro Espacial Johnson, "porque entonces sería demasiado voluminoso y pesado". Los astronautas deben ser capaces de caminar, saltar, inclinarse, alcanzar objetos y herramientas. Demasiada protección haría que estos simples movimientos fueran imposibles de realizar, de ahí la idea de la protección selectiva.
Una capa de sólo un 1 cm de espesor de un material parecido al plástico llamado polietileno podría prevenir graves enfermedades que se producen como resultado de la radiación. "Esto sería suficiente para mantener intacto el sistema hematopoyético de un astronauta, excepto en el caso de las peores erupciones", afirma Cucinotta. Si sólo sobrevive el 5 % de las células medulares, la médula ósea podría regenerarse y la persona sobreviviría sin necesidad de trasplantes.
Un astronauta podría, a pesar de estar tan protegido, desarrollar problemas de salud a largo plazo: cáncer, cataratas y otras enfermedades. "Ningún traje espacial puede detener todos los protones solares", explica Cucinotta. Pero si el suministro de sangre no se interrumpe, el astronauta también sobrevivirá, lo suficiente como para no tener que preocuparse por un largo plazo.
Derecha: A la derecha: una muestra de sangre de un astronauta de la Estación Espacial Internacional que ha sufrido daños por radiación espacial. Las hebras son cromosomas "pintados" con tinte fluorescente. "La imagen muestra grandes pedazos de diferentes colores unidos", indica Cucinotta. "Corresponden a zonas en las que el ADN roto ha sido reparado por la célula de manera incorrecta".
En este momento, la idea de diseñar un traje espacial para proteger selectivamente la médula ósea de los astronautas es simplemente eso: una idea. Cucinotta afirma que se están considerando muchas posibilidades para proteger a los astronautas en la Luna. Pero la respuesta a la idea de la protección selectiva ha sido positiva, dice Cucinotta. Podría funcionar.
Si se desarrolla la idea, los trajes espaciales post-Apolo tendrán un aspecto algo diferente, con hombros fornidos, anchas caderas y cascos prominentes, entre otras cosas. Las modas cambian, a veces para mejor.
Tomado de NASA