09 septiembre 2005

LA AGRICULTURA HA DECRECIDO UN 44% EN LAS DOS ULTIMAS DECADAS A CAUSA DE LA DEMANDA DE SERVICIOS TURÍSTICOS EN LAS ZONAS RURALES

La agricultura andaluza ha disminuido un 44% en los últimos veinte años, como consecuencia de la creciente demanda de servicios turísticos en las zonas rurales. Así lo asegura el científico del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica, Javier Calatrava Requena, quien considera que los cambios y transformaciones que se han experimentado en los medios rurales andaluces en los últimos años "no se deben tanto a las ayudas europeas, como al interés que ha despertado el campo en el ámbito del ocio en las zonas urbanas".

El análisis de todos los aspectos que han procurado este cambio en los últimos años y la evolución de las zonas rurales en el futuro es precisamente el objetivo de “Desarrollo rural: Experiencias presentes, retos futuros”, un curso organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada que se celebrará entre el 12 y el 16 de septiembre en Loja. Para alcanzar este fin, el seminario reunirá a expertos en desarrollo local de toda Andalucía que relatarán sus experiencias en zonas como Guadix o Loja, y definirán algunos de los cambios que han procurado la paralización del éxodo rural e incluso el incremento de población en los núcleos de más de 8.000 habitantes.

EMPLEO EXTRAAGRARIO
La creación de sistemas de empleos extraagrarios en sectores como la construcción, el turismo, la agroindustria o las nuevas tecnologías, la transformación de las pautas culturales convirtiendo a la sociedad rural en una sociedad cada vez más abierta y simétrica y las ayudas económicas provenientes de los fondos de la Unión Europea son algunos de los factores que han impedido la emigración masiva de los habitantes de las zonas rurales a las ciudades. Aunque en Andalucía también existe un factor diferenciador con respecto a otras zonas del norte de España y es que “aquí el éxodo rural no fue tan drástico como en otros lugares del norte que quedaron totalmente abandonados. Así, cuando se pusieron en marcha los programas de desarrollo aún existía una masa crítica lo suficientemente amplia como para mantener en pie estas zonas”, añade Calatrava, coordinador del Área de Economía y Sociología Agraria del IFAPA.

A pesar del auge experimentado en las dos últimas décadas por la sociedad rural, aún existen elementos que están frenando su desarrollo, como la falta de emprendedores e innovadores que pongan en marcha un buen tejido empresarial, la falta de poder local, de tal modo que los ayuntamientos de los pueblos apenas si tienen autonomía para forzar ciertos cambios, las limitaciones culturales que todavía existen, el freno de las infraestructuras, ya que muchos núcleos rurales carecen de buenas carreteras de acceso y de transporte público, y el impacto ambiental provocado por el abandono de la agricultura y la excesiva urbanización para atender a la demanda turística.

La explotación de los recursos endógenos a los que todavía no se ha sacado partido en algunos lugares, como el patrimonio histórico o el turismo, y la implantación en las zonas rurales más deprimidas de la agricultura no alimentaria y orientada al sector medicinal, cosmético o de especias, son otros de los aspectos que se analizarán en el seminario como motores de desarrollo en el futuro. En cuanto a la evolución que experimentará el sector agrario en los próximos años, el investigador del IFAPA adelanta que éste dependerá de que la demanda de servicios por parte de las ciudades se mantenga creciente, de la política, de las infraestructuras y transportes, y de que se comience a gestar un tejido industrial, sobre todo núcleos más grandes, abarcando de esa forma redes territoriales.

De esta forma, “Desarrollo rural: Experiencias presentes, retos futuros” pretende convertirse en un foro de reflexión en el que se analicen por primera vez, desde el efecto de los programas europeos en el desarrollo rural en los últimos quince años, hasta lo que ocurrirá en el futuro cuando empiecen a decrecer las ayudas económicas, y a promocionar la industria en el campo procurando siempre la sostenibilidad ambiental.
Tomado de Andalucía 24 horas