IDENTIFICADO EL "MECANISMO DE DISTRACCIÓN" DE LOS ANCIANOS
Con la edad la actividad cerebral se altera dificultando la capacidad de concentración, según refiere un nuevo estudio. Pero no todo son malas noticias: el cultivo intelectual parece compensar este declive natural.
El despiste característico de las personas ancianas ya tiene una explicación localizada en la actividad cerebral.
Un equipo del Instituto de Investigación Rotman y de la Universidad de Toronto (Canadá), coordinado por Cheryl Grady, ha identificado los cambios cerebrales que concurren con la edad y que dificultan la capacidad de concentración en situaciones de ajetreo o para desechar información irrelevante.
"Sabemos que los adultos de mayor edad se distraen con facilidad y creemos que hemos detectado el mecanismo que explica esta tendencia", asegura Grady.
Los investigadores han empleado la resonancia magnética funcional para observar cerebros de doce adultos de entre 20 y 30 años; otros doce de entre 40 y 60, y dieciséis de 65 a 87, a los que les propusieron una serie de tareas nemotécnicas.
Como en el Alzheimer
Los adultos de mediana edad desarrollaron las tareas igual que los más jóvenes, aunque en aquéllos ya se constataron pequeños cambios funcionales -oscilaciones en el equilibrio químico del cerebro-, según indica el estudio que publica Journal of Cognitive Neuroscience.
La resonancia reveló que los cambios funcionales en el cerebro eran más acusados a partir de lso 65 años, aunque no afectaron al resultado final de las pruebas. Sin embargo, el nivel medio de actividad alterada localizado en las regiones frontal y parietal de los cerebros de adultos mayores fue similar, de hecho, al que se ha visto en las fases tempranas del Alzheimer.
"Los mayores tienen que inentar concentrarse en una sola tarea cada vez; tan sencillo como elegir entre leer y escuchar la radio, o charlar y conducir".
Todos los participantes en el ensayo tenían un nivel cultural considerable, lo que refuerza la hipótesis del efecto protector de la actividad intelectual en la función cognitiva, habida cuenta de que las tareas se concluían con bastante éxito a pesar de la alteración cerebral.
(J. Cognitive Neuroscience 2006; 18 (2)).
Adultos a partir de los 20
Mientras en el trabajo canadiense los científicos observan los estragos del tiempo en el cerebro, dos investigadores de la Universidad de Dartmouth, en Estados Unidos, se han centrado en el otro extremo de la vida y han visto cómo el cerebro pasa de la adolescencia a la madurez adulta. Abigail Baird y Craig Bennett han determinado que anatómicamente la estructura cerebral sigue su evolución a partir de los 18 años.
Según publican en la edición electrónica de Human Brain Mapping, a esta edad, que suele coincidir con un momento de gran interacción social (inicio de estudios, primer trabajo, emancipación), el cerebro aún no ha completado su formación, que llegará hacia la mitad de los veinte años.
Fuente: DIARIO MEDICO
El despiste característico de las personas ancianas ya tiene una explicación localizada en la actividad cerebral.
Un equipo del Instituto de Investigación Rotman y de la Universidad de Toronto (Canadá), coordinado por Cheryl Grady, ha identificado los cambios cerebrales que concurren con la edad y que dificultan la capacidad de concentración en situaciones de ajetreo o para desechar información irrelevante.
"Sabemos que los adultos de mayor edad se distraen con facilidad y creemos que hemos detectado el mecanismo que explica esta tendencia", asegura Grady.
Los investigadores han empleado la resonancia magnética funcional para observar cerebros de doce adultos de entre 20 y 30 años; otros doce de entre 40 y 60, y dieciséis de 65 a 87, a los que les propusieron una serie de tareas nemotécnicas.
Como en el Alzheimer
Los adultos de mediana edad desarrollaron las tareas igual que los más jóvenes, aunque en aquéllos ya se constataron pequeños cambios funcionales -oscilaciones en el equilibrio químico del cerebro-, según indica el estudio que publica Journal of Cognitive Neuroscience.
La resonancia reveló que los cambios funcionales en el cerebro eran más acusados a partir de lso 65 años, aunque no afectaron al resultado final de las pruebas. Sin embargo, el nivel medio de actividad alterada localizado en las regiones frontal y parietal de los cerebros de adultos mayores fue similar, de hecho, al que se ha visto en las fases tempranas del Alzheimer.
"Los mayores tienen que inentar concentrarse en una sola tarea cada vez; tan sencillo como elegir entre leer y escuchar la radio, o charlar y conducir".
Todos los participantes en el ensayo tenían un nivel cultural considerable, lo que refuerza la hipótesis del efecto protector de la actividad intelectual en la función cognitiva, habida cuenta de que las tareas se concluían con bastante éxito a pesar de la alteración cerebral.
(J. Cognitive Neuroscience 2006; 18 (2)).
Adultos a partir de los 20
Mientras en el trabajo canadiense los científicos observan los estragos del tiempo en el cerebro, dos investigadores de la Universidad de Dartmouth, en Estados Unidos, se han centrado en el otro extremo de la vida y han visto cómo el cerebro pasa de la adolescencia a la madurez adulta. Abigail Baird y Craig Bennett han determinado que anatómicamente la estructura cerebral sigue su evolución a partir de los 18 años.
Según publican en la edición electrónica de Human Brain Mapping, a esta edad, que suele coincidir con un momento de gran interacción social (inicio de estudios, primer trabajo, emancipación), el cerebro aún no ha completado su formación, que llegará hacia la mitad de los veinte años.
Fuente: DIARIO MEDICO
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